A finales de 2012 el negocio comienza a ir mal y decide sacar parte del dinero ahorrado para hacer frente a pagos. \u00abMe dijeron que iba a perder mucho dinero sacando del plazo fijo, porque ellos me hablaban en todo momento de que era un plazo fijo\u00bb, afirma. Le ofrecieron otra alternativa y le entregaron 15.000 euros. \u00abMe dec\u00edan que no me preocupara, que no hab\u00eda problema…\u00bb. Y firm\u00f3 de nuevo. Esta vez era un cr\u00e9dito en cuenta corriente por 15.000 euros que unos meses despu\u00e9s ampli\u00f3 (\u00abel negocio segu\u00eda yendo muy mal\u00bb) y le entregaron otros 10.000 euros.<\/p>\n
![](\"https:\/\/picadoabogados.es\/wp-content\/uploads\/2018\/03\/1079106_1.jpg\")
<\/p>\n
El negocio no remont\u00f3 y Mar\u00eda no pudo hacer frente al pr\u00e9stamo y con el impago lleg\u00f3 el embargo. \u00abAl abrir un d\u00eda el buz\u00f3n encontr\u00e9 dos folios grapados en los que pon\u00eda algo de que me embargaban la casa\u00bb, cuenta. Era un aviso del juzgado de la demanda de ejecuci\u00f3n presentada por la entidad: su casa iba a salir a subasta. \u00abNo entend\u00eda nada, no sab\u00eda por qu\u00e9 iba a perder mi casa\u00bb, afirma.<\/p>\n
Con esas dos hojas se present\u00f3 ese mismo d\u00eda en el despacho de Juan Luis Picado y comenzaron a desenredar la madeja. \u00abYo no ten\u00eda papeles de nada\u00bb, dice Mar\u00eda. Pero poco a poco se fue haciendo con ellos y respondieron a la demanda del banco solicitando la nulidad de la ejecuci\u00f3n. Pero el juez lo rechaz\u00f3 y orden\u00f3 en un auto seguir con la ejecuci\u00f3n, aunque eliminando algunas cl\u00e1usulas que fueron declaradas nulas (entre ellas, cl\u00e1usula suelo).<\/p>\n
Presentaron entonces una demanda en el juzgado (el n\u00famero 6) solicitando esta vez la nulidad de las obligaciones y del pr\u00e9stamo concedido como consecuencia. \u00abSe convirti\u00f3 en una cuesti\u00f3n personal porque hab\u00eda sido muy injusto\u00bb, reconoce Picado, que renunci\u00f3 incluso a las minutas (\u00fanicamente ha cobrado 1.000 euros al inicio del proceso) para seguir adelante con el caso durante estos casi cuatro a\u00f1os. \u00abNo conozco un caso como este en Espa\u00f1a, ni en la jurisprudencia\u00bb, asegura el abogado. Y el proceso que ha conllevado ha sido complejo. \u00abHa sido muy duro. Yo no cog\u00eda el tel\u00e9fono, no abr\u00eda la puerta ni abr\u00eda el buz\u00f3n. No quer\u00eda hablar con nadie\u00bb, reconoce la afectada, que ha ocultado todo el proceso a su familia.<\/p>\n
En la sentencia, que ya es firme, el titular del Juzgado n\u00famero 6 de C\u00e1ceres considera probado que Mar\u00eda \u00abno fue informada convenientemente\u00bb acerca de la compra de las obligaciones subordinadas –en el test de idoneidad obligatorio la describieron como una persona con estudios medios y experiencia en la compra de productos de riesgo– y que ella \u00abno hubiera contratado la deuda subordinada de conocer el riesgo\u00bb. En base a todo ello entiende que la mujer perdi\u00f3 su capacidad de liquidez \u00abde modo ileg\u00edtimo\u00b7. \u00abPoco importa cu\u00e1l fue el fin de dicha liquidez, si ten\u00eda deudas o si lo necesitaba, o si le apetec\u00eda comprarse un capricho. Lo cierto es que carec\u00eda de la liquidez que ten\u00eda antes de comprar obligaciones subordinadas\u00bb, a\u00f1ade.<\/p>\n
En el fallo, el magistrado declara la nulidad de la orden de suscripci\u00f3n de obligaciones subordinadas \u00abpor vicio en el consentimiento\u00bb y ordena a la entidad a que le devuelva los 25.000 euros. Anula tambi\u00e9n el contrato de cr\u00e9dito por el mismo importe total 25.000 euros (15.000 y 10.000), que Mar\u00eda debe devolver, \u00abcompens\u00e1ndose esta cantidad con la condena a cargo del banco\u00bb.<\/p>\n